En este proceso paulatino que se da a lo largo del tiempo se comienzan a desarrollar y a establecer tres corrientes de coaching, cada una de distinto origen geográfico. En Europa encontramos una corriente humanista no directiva, que tiene como referente principal a Timothy Gallwey y a John Whitmore. Por otro lado, en Sudamérica encontramos la corriente ontológica, que tiene como referentes principales a Fernando Flores y a Rafael Echeverría. Y, en Estados Unidos encontramos una corriente más pragmática, que tiene como referente principal a Thomas J. Leonard. En la actualidad estas tres corrientes se pueden considerar como las grandes escuelas de coaching porque en ellas existe un fundamento, una trayectoria, una tradición que con el tiempo se han posicionado y tienen un reconocimiento como procesos de ayuda que ha calado en la sociedad.
Corriente Norteamericana
El estilo norteamericano está caracterizado por una filosofía práctica y ejecutiva, con un estilo que desafía a sus clientes a pasar a la acción, a dar lo mejor de sí mismos y a conseguir resultados. Este «vamos que tú puedes» e ir para adelante sin cuestionarse tanto el fondo de las cosas, el cual es también un aspecto muy fuerte en la cultura norteamericana. Esta forma de hacer coaching ha contribuido a su enorme difusión por el resto del mundo y, al mismo tiempo, también ha dado pie a que sea visto como un estilo de coaching al que le falta profundidad y capacidad para realizar una verdadera transformación en la persona.
Thomas J. Leonard: La Escuela Norteamericana fue fundada por Thomas J. Leonard, uno de los pioneros en el desarrollo de esta profesión en todo el mundo, que falleció en el año 2003. Leonard creó las primeras asociaciones de Coaching, tanto la International Coach Federation (ICF) como la Internacional Association of Coaching (IAC). Y también creó la Coach University y la Graduate School of Coaching. Publicó seis libros sobre coaching, creó distintos programas de desarrollo personal y fue CEO de CoachVille.com, uno de los portales de Coaching más importante del mundo. La forma de hacer coaching que Thomas Leonard desarrolló está basada en el modelo que autodenominó 5×15, 5 elementos interrelacionados, cada uno de ellos compuesto por 15 ítems.
Corriente Sudamericana
La Escuela Chilena (Escuela Ontológica) tiene un fuerte fundamento filosófico y se basa en las ideas y el trabajo de Fernando Flores, un ingeniero civil y doctor en Filosofía que fue nombrado Ministro de Economía del Gobierno chileno de Salvador Allende. Luego de estar detenido por tres años durante el golpe militar de 1973 emigra a EE. UU, donde desarrolla su filosofía acerca de la comunicación, teniendo como base la filosofía de Heidegger, Searle, Nietzsche, Wittgenstein y las investigaciones biológicas de Humberto Maturana y de Francisco Varela. Posteriormente, durante la década de los 80 y en conjunto con Rafael Echeverría y Julio Olalla, comienza a aplicar sus principios al liderazgo empresarial. Y de este grupo, Rafael Echeverría es quien más ha difundido y escrito sobre los principios de la Ontología del Lenguaje, y es él quien propone el nombre de Ontología del Lenguaje en el libro del mismo nombre publicado en 1994.
Corriente Europea
El estilo europeo se centra en el ser humano y lo tiene en cuenta tal y como es, es decir, reconoce los principios que rigen su naturaleza. La corriente europea ayuda a la persona sin contradecir la capacidad de aprendizaje que esta tiene, de creer en sí misma y de asumir su responsabilidad. Busca la consecución de resultados, pero no con la idea del fin justifica los medios. Esta corriente nace principalmente en el estadounidense Timothy Gallwey, quien elaboró un sistema de aprendizaje que denominó el juego interior. Posteriormente, John Whitmore toma la metodología del juego interior, e influenciado por la psicología humanista que conoce en profundidad a través de estudios en EE. UU y de su esposa, crea una nueva metodología.